Desde 2007, hemos podido ver cómo han surgido nuevas páginas que conocemos como Redes Sociales, como pueden ser Facebook, Linkedin, Twitter, youtube, etc.; y su uso se ha ido generalizando a todos los niveles hasta llegar al ámbito laboral.
Pero, ¿deben de prohibir las empresas el uso de las redes sociales en la jornada laboral?
El uso de las redes sociales en horas de trabajo, está generando polémica; mientras algunos consideran que puede afectar a la productividad, otras las ven como una forma de mejorar la comunicación interna, y por tanto, la satisfacción de los empleados y de los clientes con los procesos que esta desarrolla. ¿Cuál de los dos puntos de vista es el acertado?
Según un informe de la consultora británica Morse, especializada en tecnologías, el uso de Twitter, Facebook y otras redes sociales le cuesta a las firmas de Reino Unido 1.380 millones de libras al año (USD$ 2.250 millones). De los 1.460 empleados consultados en el informe, el 57% admitió que las usa en horario laboral. En promedio, cada una de estas personas pasa 40 minutos por semana en las redes, lo que equivale a casi una semana completa de trabajo perdida por año.
En controversia de este estudio, tampoco podemos olvidar que las redes sociales pueden ser una herramienta de trabajo de valor en cualquier sector profesional: desde conseguir información, hasta hacer contactos profesionales; y pasando por localizar potenciales clientes, fortalecer la relación con proveedores, mejorar la fluidez en los procesos de comunicación entre compañeros… hasta el alivio de estrés laboral en pequeñas franjas temporales.
Olvidémonos que la utilidad de las redes sociales no es únicamente ociosa y produce una pérdida de tiempo en el trabajo. A continuación exponemos dos enlaces al respecto de esta disyuntiva:
http://www.youtube.com/watch?v=PCVC2w1Jy9Y
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“Piensa en Positivo” así titula Carmen Sánchez Silva su articulo sobre la psicología positiva y como la situación actual de crisis ha desestructurado el organigrama de las empresas, desembocando en una desmotivación general de los empleados.
La psicología positiva, centrada en el enfoque de las fortalezas de los empleados, ayuda a centrarse en los puntos fuertes de cada uno, trabajando las fortalezas para convertirlas en hábitos.
Impulsar los puntos fuertes del grupo mejora la motivación y el autoestima. Esa premisa puede ayudar a que la crisis actual no haga estragos en las organizaciones, dejando de lado lado las debilidades de aquello que no sabemos hacer, aislando el miedo y dando verdadero valor a aquello que denominamos como nuestros puntos fuertes.
Os dejamos el artículo completo, esperamos que os guste:
Piensa en positivo
http://economia.elpais.com/economia/2012/10/12/actualidad/1350061294_470610.html