Siempre he oído la típica frase de “La experiencia es un grado” y llega un momento en el que empieza a cobrar sentido. Con el paso de los años vas viendo que en la vida, no existen límites y por el contrario, los límites los ponemos nosotros mismos. A día de hoy me sorprendo de todas las cosas que he hecho y quizá si años atrás me lo hubiesen planteado no lo hubiera creído. Ahora mismo considero que no existen impedimentos para que podamos tener una mayor felicidad en la vida, si lo queremos, es posible.
En buena medida, nuestra felicidad en la vida, viene determinada por la capacidad que tengamos de no limitarnos, alcanzando nuestras metas y siendo más felices diariamente.
Mírate a los ojos, conoce hasta donde quieres llegar y permanece optimista por encima de todo, aunque las circunstancias no sucedan como esperas, con esfuerzo e ilusión, todo es alcanzable.
Es necesario que seamos sinceros con nosotros mismos y respondamos a la pregunta: ¿qué queremos en nuestra vida?