Todos conocemos a Piolín por su por su peligrosa autoconfianza y positivización (optimista exagerado); y a Calimero porque atribuía todos sus males a los demás (pesimista extremo y victimista).
Belén Varela, especialista en dirección de personas en diversas multinacionales, considera que la virtud en el comportamiento humano en las organizaciones y la empresa está en el medio o cerca de este y en combinar el hecho de que «donde el pesimista ve pretextos, el optimista ve motivos».
El éxito de una organización depende del tipo de trabajadores que tenga, si la mayoría Piolines o Calimeros.
En la sociedad actual, es inmenso el número de compañías calimerizadas, en las que hasta el más entusiasta pierde la ilusión. Uno de los principales problemas de esta situación, es que se tiende a interiorizar el negativismo.
Varela defiende «la desviación positiva» en las empresas y organizaciones. En su opinión, «lo primero que hay que hacer es centrarnos y potenciar lo que hacemos bien en lugar de perder el tiempo analizando lo que hacemos mal».
Según sus experiencias, donde se ha seguido ese camino se han obtenido mejores resultados, gracias a la recuperación de la autoestima y la motivación. A través de qué medios podemos conseguirlo?
¿De qué depende el paso de uno a otro? ¿Qué papel juega el líder? ¿Actualmente en las empresas hay mas piolínes o calimeros?