¿Morir clavado por flechas o abrir la puerta negra?

Hace mucho tiempo en el lejano oriente, había un rey que era polémico por sus acciones pues tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala donde les hacía elegir entre dos opciones.
En la primera opción, en el lado derecho, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.
En la segunda, en el lado izquierdo, había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte era la mano de un cadáver. Algo horrible sólo de imaginar, y mucho más horrible para ver.
El rey les apremiaba: – “¿Qué es lo que quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí?
Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: A la hora de tomar la decisión, llegaban cerca de la horrorosa puerta negra, miraban los cadáveres y la sangre humana, y se decidían por la opción de morir atravesados por las fechas.
Uno a uno, todos actuaban de la misma forma:
“Optaron por lo que conocían (zona de confort) y sabían con certeza lo que iba a suceder“
Un día, la guerra terminó y uno de los soldados que formaba parte del “pelotón de flechas” preguntó al Rey qué es lo que había detrás de aquella puerta negra. El rey le sugirió que lo comprobase él mismo y cuando temeroso lo hizo, sintió al abrirla un rayo de sol y un delicioso aroma a verde que llenó la sala. El soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad…

La puerta representa nuestros miedos e inseguridades. Muchos tenemos una puerta dentro de nuestra mente. Para algunos la puerta negra es el miedo a lo desconocido, mientras que para otros es una certeza de no ser capaz, una inseguridad que nos paraliza.
Este cuento tiene mucho que ver con lo que llamamos Este cuento tiene mucho que ver con lo que llamamos “zona de confort”, esa zona que consideramos un entorno conocido y que dominamos, pudiendo ser agradable o no, pero que al conocerla nos hace sentir en aparente sensación de seguridad, muchas veces preferimos lo que dominamos a lo que desconocemos.
¿Cuántas veces hemos visto esa puerta negra?¿Cuántas veces hemos dejado que nos atraviesen las flechas?¿Qué ocurriría si no atravesamos y transitamos estas “puertas”?… Al igual que los prisioneros del cuento, nos quedaremos sin ver lo que hay tras ellas, nos quedaremos sin saber hasta donde podemos llegar, qué podemos conseguir.

la puerta negra1 ¿Morir clavado por flechas o abrir la puerta negra?

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