La comunicación tiene un papel de vital importancia en el desarrollo de las interacciones humanas, y máxime cuando va ligada a la actividad laboral. Los mensajes deben ser claros y concisos, sabiendo que una correcta comunicación asi como el disponer de la información y conocer la organización de los canales de comunicación, nos facilita la labor, el disertar, convencer, corregir, motivar, en fin, determinar el desempeño de las personas.
Todos hemos jugado alguna vez al teléfono roto; eso que hacíamos de pequeños poniéndonos en una fila donde el primero del grupo decía un mensaje y todos nos reíamos viendo como se transformaba ese mensaje cuando llegaba al último. También se suele hacer bastante una actividad en dinámica de grupo donde se exponen dos imagenes;en la primera la persona iba contando a la siguiente lo qué veía, siguiendo una cadena sucesiva entre los participantes, y al final quedaba reflejado en un papel. Del mismo modo que pasaba con el juego del teléfono, en esta práctica el mensaje original se transformó de manera asombrosa. Estos dos ejemplos tan claros reflejan las consecuencias de una comunicación no efectiva. En el día a día la comunicación marca los resultados, influyendo directamente en factores motivacionales.
Nos preguntamos entonces, ¿Cómo afecta la comunicación a nuestro trabajo en el día a día? ¿Un mensaje mal entendido o recibido hasta qué punto puede afectarnos? ¿Le otorgamos la importancia que en realidad tiene la comunicación en el ámbito laboral? ¿Nos damos cuenta de que con nuestra forma de comunicamos construimos o por el contrario, destruimos?